b7812048336цитирует3 года назад
El viejo y la muerte
Félix María de Samaniego

Entre montes, por áspero camino,

Tropezando con una y otra peña,

Iba un viejo cargado con su leña,

Maldiciendo su mísero destino.

Al fin cayó, y viéndose de suerte

Que apenas levantarse ya podía,

Llamaba con colérica porfía

Una, dos y tres veces a la muerte.

Armada de guadaña, en esqueleto,

La Parca se le ofrece en aquel punto;

Pero el viejo, temiendo ser difunto,

Lleno más de terror que de respeto,

Trémulo la decía y balbuciente:

«Yo… señora… os llamé desesperado;

Pero…»

«Acaba; ¿qué quieres, desdichado?»

«Que me cargues la leña solamente».

Tenga paciencia quien se crea infelice,

Que, aun en la situación más lamentable,

Es la vida del hombre siempre amable.

El viejo de la leña nos lo dice.
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